Por una necesidad personal. El camino del emprendedor es duro y solitario. Poca gente en nuestra tierra piensa en emprender. Prefieren trabajar para una empresa u opositar. En este contexto, necesitaba tener un grupo de personas en mi misma sintonía, que hablaran mi mismo lenguaje y con el que poder compartir experiencias y progresos. La respuesta a este problema fue crear esta red.
En un grupo Telegram. Allí compartíamos herramientas, reflexiones, ofertas de trabajo para autónomos, noticias... y empezamos a organizar nuestras primeras reuniones presenciales.
En los locales y bajos comerciales de los propios miembros, como gimnasios, galerías de arte o escuelas infantiles; y en el centro municipal de LA NAVE en Puente Tocinos.
Hacíamos reuniones y talleres de formación por ZOOM y algunos los retransmitíamos por YouTube.
Lo centralizamos todo en un espacio de coworking. Invertimos en un local a pie de calle en el que poder trabajar todos juntos y realizar nuestras formaciones.